jueves, 28 de abril de 2011


La aventura de ser novato tardío

He querido titular este post así, como la aventura de ser un novato tardío, aunque bien podría haber dejado el tema en simplemente ser un novato en el arte de conducir. Lo que pasa es que puede que por mi edad y tener ya el culo pelado en otras facetas de la vida vea las cosas de otra manera. No lo sé. Para ponernos en antecedentes, las razones que me han llevado a sacar el carnet de conducir por encima de los 30 son básicamente económicas y de logística. Antes de vivir en Extremadura, vivía y trabajaba en el centro de Madrid, y para las contadas veces que viajaba fuera, ya fuese a mi tierra (Galicia) o a cualquier otro lado, el tren en unos casos o el autobús primero y el coche de algún amigo o familiar que hacía el mismo camino al mismo tiempo solucionaban la papeleta. Y para ir a trabajar, los 30 minutos de metro no me decían “saca el carnet y cómprate un coche”. ¿Para qué?
Ahora veo el error, una cosa es comprarse un coche y otra bien diferente tener el carnet de conducir y poder hacerlo en caso de necesidad. Pero lo cierto es que durante años nunca me vi en la situación de necesitar transporte propio, y el uso de los transportes públicos y colectivos me resolvía la vida. Y también caminar. Ahora mismo la cosa es diferente. En Extremadura no hay una buena red de transporte público, no hay la gama de horarios que hay en Madrid, las distancias son enormes y entre destinos hay… carretera y sol.

Así que con la idea de poder moverme primero para temas de trabajo y después para ocio, saqué el carnet (no me costó especialmente aunque tuve mi momento de suspense en el exámen práctico) y me planteé qué vendría ahora. Por la experiencia de gente cercana a mí creía que me costaría al principio eso de ir solo en coche, a la buena de Dios y que el tráfico cerca de mi me estresaría. Creí que me costaría mucho, pero por suerte pronto deseché esa idea. Es cierto que me pongo tenso en situaciones que con la experiencia me resultarán fáciles, pero creo que esa tensión me hace estar muy alerta.
Es una aventura llevar la L. Eso no lo veo como un mito o algo sin importancia. La experiencia (corta hasta el momento) me ha enseñado cómo en maniobras inocuas (se cuando meto la pata, y cuando no también) hace que los pitos suenen, o si no cómo en situaciones donde quien viene detrás debería dejarme espacio, no lo hace e intenta pasar sin contemplaciones. Cómo se puede juzgar simplemente por llevar la L, aunque claro, luego ven un señor con barba y uno puede ver unas chispas saliendo de las atónitas cabezas.
Al poco de tener el carnet en mi poder, nuevecito, tuve que salir a Cáceres por trabajo. Nada del otro mundo, 80 kilómetros ida, 80 vuelta. No es distancia, si somos objetivos, pero teniendo una semana de carnet y yendo por primera vez solo pensé si lo haría bien o no. Como no me quedaba más remedio me dije que sí, ¡qué otra cosa iba a hacer! Y efectivamente, no pasó nada del otro mundo salvo perderme al entrar en Cáceres, pero pronto me encontré y seguí con mi ruta.
Lo que quiero expresar con esto es que sí que es verdad que en ese momento entiendes lo que es salir y hacer unos cuantos kilómetros en autovía, tú solo. ¡Me aburría! Influía que entonces, teóricamente, no podía pasar de 80 km/h (y me parecía un peligro). Todo el mundo me adelantaba y yo tenía que hacer el esfuerzo de mantener la atención en la carretera y procurar no hacer nada extraño.
Algo que sí creo que me da el tener ya una cierta edad es que, sinceramente, no tengo prisa. Nunca. Salgo con tiempo de sobra para el trayecto y un margen suficiente por si las moscas. Si el limite es 110 km/h no me pican los hombros por ir a 100-105 km/h. Quiero evitar activamente situaciones de peligro, pero no solo de peligro sino de incomodidad. Debe ser por llevar tanto tiempo involucrado en proyectos como Circula Seguro que no siento nunca el cosquilleo de “pisarle”, ya llegará mi momento algún día en un circuito (¡aunque sea de karting!).
La comodidad al volante es mi única preocupación, por eso situaciones como el coche lapa (que se pega detrás y no adelanta), carreras por ver quién recorre los 200 metros que separan un semáforo de otro… no van conmigo. Y lo más importante es que no lo hago ni me siento así por tener la L. Eso es lo de menos, cuando uno se siente cómodo circulando sin que se note, pues mejor para los demás aunque sobre todo es mejor para mí. Evitar en lo posible los centros abarrotados de las grandes ciudades, las horas punta en algunas circunvalaciones… para mí es vital ahora, y lo será después. En ocasiones no se puede, como cuando pasando a la altura de Sevilla en dirección a Jerez, me vi en la SE-30 a las dos y media de la tarde y con cincuenta millones de coches con prisa. Pero por eso es una aventura, te puedes encontrar de todo, en cualquier lado.

lunes, 18 de abril de 2011


'Croquis del accidente', cómo rellenar el parte del seguro con una aplicación on-line


Croquis del accidente es una de esas aplicaciones que era raro que no existieran ya. Si alguna vez habéis tenido que rellenar un parte de accidentes in situ, justo después de que os dieran un porrazo, sabréis que es un poco incómodo, sobre todo cuando el viento se os lleva los papeles autocalcantes de encima del capó del coche o cuando empieza a llover a cántaros.
Quizá porque a mí sí que me ha pasado, me ha hecho gracia esta aplicación on-line que me ha descubierto Marta, una de mis ex alumnas y lectora habitual de nuestra publicación: Croquis del accidente es el nombre que le han dado a la versión española de un invento alemán que incluye variasherramientas útiles para hacer el parte del seguro con todo lujo de detalles.
De un lado, la web contiene un editor de imágenes para componer la escena del siniestro con vías, vehículos y elementos de señalización, marcas de frenado, cajas para texto… Un poco de todo, vaya, para hacer un esquema de lo más completo que no induzca a error.
Además, se incluye un amplio campo de texto para declarar las circunstancias en que se produjo el siniestro y un módulo útil para adjuntar fotos tomadas en el lugar del choque. Finalmente, el sitio web alberga modelos de declaración amistosa de accidente en varios idiomas además del español: alemán, francés, holandés, inglés, italiano, polaco, portugués, sueco, turco… y japonés.
Una pega que tiene la aplicación es que sólo funciona en Internet Explorer y en Mozilla Firefox, por lo que los usuarios de Opera, Safari o Chrome tendrán que adaptarse para utilizar este recurso. Curiosamente, las versiones en alemán y en inglés funcionan con cualquier navegador de uso habitual.
Por otra parte, a poco que te pongas a dibujar te das cuenta de que faltan algunas señales que pueden ser imprescindibles e incluso elementos básicos en un país como el nuestro, como las glorietas de mil carriles o los cebreados al peso.
De momento, la versión española presenta algunos apartados “en construcción”, pero se pueden utilizar en las otras versiones, y lo cierto es que el asunto en líneas generalespinta bien e incluso marca de forma bastante clara cuál podría ser una buena línea de actuación a la hora de perfeccionar las comunicaciones entre asegurados y aseguradores.
Ahora falta saber cómo se resuelve esto de presentar una documentación adicional al parte que va firmado por los dos conductores cuando en nuestro país todavía hay compañías que exigen que les lleves el parte en papel, pero en cualquier caso esta herramienta puede ser útil cuando el siniestro no se soluciona por las buenas, sino que hay que aportar todo tipo de documentación para ir a juicio.
Como se suele decir en estos casos, mejor no tener que emplearlo. Pero si por una de aquellas nos llega el momento, esta puede ser una buena ayuda. Yo, todo lo que sea quitar papelotes…

viernes, 8 de abril de 2011


Una presión de inflado correcta ya ahorra carburante


Estábamos criticando el otro día la subvención de neumáticos para ahorrar carburante y ha sido un importante fabricante de neumáticos, Michelin para más señas, quien ha puesto la nota sensata en todo este asunto: basta con llevar los neumáticos a una presión correcta para ahorrar el mismo carburante que pretende el Gobierno pagando neumáticos nuevos.
Según Michelin, hacia el 40% de los españoles circulan con una presión de inflado insuficiente en los neumáticos de sus vehículos, cifrándose el déficit en aproximadamente 0,5 bar menos de lo necesario. Y este problema afecta al consumo de carburante… pero no sólo a eso.
Con una presión de inflado inferior a lo marcado por el fabricante, el neumático se aplasta y se calienta más fácilmente, de manera que su desgaste se acentuará, acortando la vida útil de la goma y por tanto derrochando dinero. Además, un neumático inflado a una presión insuficiente da problemas a la hora de dirigir el vehículo, especialmente sobre terreno mojado, y llegando al extremo un neumático inflado a una presión insuficiente puede llegar a desllantarse, esto es, a salirse de la llanta y reventar.
Por poner un ejemplo, consideramos un coche cuyos neumáticos tienen como presión de inflado ideal 2 bar. En esas condiciones, su distancia de frenado para pasar de 90 km/h a 70 km/h es de unos 40 metros. Si a ese mismo vehículo lo dejamos sin aire, es decir, si dejamos que sus neumáticos pierdan aire hasta quedarse en 1 bar, esa distancia se irá hasta 45 metros. Y si es sobre mojado… el riesgo deaquaplanning será mucho mayor.
Vamos con otro caso. Ese mismo vehículo, con 2 bar de presión en sus neumáticos, traza una curvaa 100 km/h sin despeinarse. Si la presión de los neumáticos baja hasta 1 bar, la velocidad para trazar esa misma curva quedará en 87 km/h con el consiguiente riesgo de que el neumático reviente.
Y acabamos con eso que preocupa estos días al Ministerio de Industria: el consumo de carburante. Un neumático con un déficit de 1 bar de presión de inflado presenta una resistencia a la rodadura mayor de lo que sería normal, lo que puede suponer un incremento de por lo menos un 6% en el consumo de gasolina o gasóleo.
Para evitar todo esto, es imprescindible que le demos a la presión del neumático la importancia que merece. Como mínimo una vez al mes, y siempre antes de un viaje, hay que comprobar la presión con la ayuda de un manómetro de confianza, y ojo, que no todos los manómetros lo son. Es necesario que la medición se haga con los neumáticos fríos, es decir, sin haber rodado más de cuatro kilómetros a velocidad moderada o tras haber descansado dos horitas. De lo contrario, habría que incrementar la presión de inflado en unos 0,3 bar por lo general.
La presión de inflado correcta será la que nos marque el fabricante del vehículo en el libro de instrucciones, en la tapa de la guantera, en el marco de la puerta o en la tapa de llenado del carburante. Creo que no me dejo ningún resquicio donde consultar los datos, dependiendo del vehículo. Si por lo que sea no damos con los datos, en algunas estaciones de servicio hay tablas de inflado, o también nos pueden echar una mano en un taller especializado.
Habitualmente el fabricante nos da dos valores para el inflado, dependiendo de si llevamos el vehículo prácticamente vacío o a plena carga, lo que se equipara también a rodar a altas velocidades. Es muy importante no olvidar ajustar la presión de la rueda de repuesto a la más alta de las presiones indicadas por el fabricante, no vaya a ser que pinchemos en mitad de la carretera y tengamos que inflar la rueda a soplidos, lo que nos puede dejar un mal sabor de boca y un enorme mareo además de una amarga sensación de impotencia.
Y ya que estamos agachados, no nos cuesta nada observar el estado de los neumáticos. ¿Presentan cortes, grietas o bollos extraños? ¿Tienen el dibujo más gastado que el volante de un auto de choque? Si es así, casi que vayamos pensando en sustituir esos neumáticos por otros nuevos. Total, ahora mismo tenemos al ministro Sebastián de nuestra parte. ¿Qué más se puede pedir?

miércoles, 6 de abril de 2011


Hojas de rescate, ¿agilizarán la atención a las víctimas?



El 75% de las muertes viales tienen lugar durante la hora que sigue a la colisión del vehículo, de manera que en un rescate cada segundo cuenta. Por eso, ya hace dos años que en Alemania emplean las llamadas hojas de rescate, que dan a los bomberos que acuden a un siniestro la información técnica necesaria del vehículo para así abordarlo con mayor rapidez y seguridad.
¿Y qué son las hojas de rescate? Fichas técnicas con diagramas en los que aparece la ubicación de los sistemas del vehículo que más interesan a los bomberos en el momento de abrir camino para la atención a los heridos; elementos como el airbag y sus detonadores, los tensores de los cinturones o el depósito del combustible, por poner algunos ejemplos, que ya se sabe que cuanto más moderno es un coche más cacharritos hay que dificultan el rescate de las víctimas en caso de colisión.
Ahora el RACC quiere impulsar que ese sistema de hojas volantes se imponga en nuestro país. ¿Y qué hay que hacer? Descargar la hoja correspondiente a nuestro modelo de vehículo y llevarla en el coche, preferiblemente en un lugar estratégico en el que los bomberos puedan buscar rápidamente.
Según los impulsores de la iniciativa, el mejor lugar es el reverso del parasol. Eso, acompañado de una pegatina en el coche que advierta de que ese vehículo lleva hoja de rescate servirá para reducir en un 63% los problemas que pueden encontrar los equipos de rescate al atender a las víctimas.

En sí, el sistema me parece una buena idea pero ejecutada de forma discutible. Me pregunto de qué sirve llevar este papelito en el parasol del coche si en multitud de colisiones la parte frontal del vehículo se reduce a eso que los medios describen como “un amasijo de hierros”. Me pregunto también si simplemente por la matrícula no es posible determinar de qué vehículo estamos hablando y si no es posible, ya con esa información en la mano, consultar un catálogo que bien podría llevar cada unidad de salvamento.
Me hace ver mi compañero Capreolus que el sistema parece calcado de la operativa que se sigue en las colisiones de vehículos de transporte de mercancías peligrosas, ya que según el acuerdo ADR cada vehículo de estas características debe llevar a bordo una biblia sobre el manejo de la carga que transporta. Estoy de acuerdo con Capreolus: esto huele aADR, pero si pienso en un vehículo de mercancías peligrosas lo primero que me viene a la cabeza es la placa V-11, el recuadro ese naranja que indica la naturaleza del peligro y el código de la mercancía transportada. Con esos datos, los equipos de rescate ya saben a qué atenerse.

En resumidas cuentas, poner en un papelito doblado una información tan sensible y confiar en que alguien la encontrará cuando yo no esté en condiciones ni de decir cómo me llamo me parece un poco arriesgado. Si cada vez más tenemos sistemas de información y comunicación que nos permiten conectar con la otra parte del Mundo, ¿no es más sencillo que los bomberos tengan acceso inmediato a la base de datos que les interesa?
Veamos… Precio de un netbook básico para consultar la hoja de rescate que proceda en cada momento e incluso, por qué no, acceso a un registro de vehículos con matrículas, marca y modelo y titular del mismo: unos 200 eurillos. Luego, una conexión a internet para actualizar los archivos cuando la unidad está en el parque de bomberos y poco más. Eso es lo que se necesita, y me da a mí que sería mucho más eficaz. ¿O no?

martes, 5 de abril de 2011


Tiempos pasados no siempre fueron mejores


¿Qué nos sugiere la imagen de cabecera? Sin duda para los más veteranos del lugar, puede sugerirtiempos pasados en los que los coches eran de otra manera, las vacaciones eran un acontecimiento anual sin igual, y las carreteras y la seguridad eran más, digamos, casuales. Fijémonos bien en el texto del anuncio que da pie a escribir este post. “Póngalo a más de 140 y sabrá por qué lo llamamos Especial”. La frase en sí es genial, me encanta objetivamente.
Si filtramos este anuncio por las reglas viales actuales, por el filtro de lo que es y no es seguridad vial, nos daremos cuenta de las diferencias esenciales con respecto a unas pocas décadas atrás, lo que hemos mejorado y sobre todo lo que nos hemos concienciado. Que sí, que habrá quién defienda que los coches de hoy en día son seguros a esa velocidad y con una carga superior a la habitual. Pero no valoraríamos nada bien un anuncio que dijese “póngalo a 180 y verá lo especial que es”. Que es, por así decirlo, una proporción prudente con respecto a los 140 kilómetros por hora del pequeño 850.

Cárguelo hasta los topes

El anti consejo para los viajeros vacacionales. Son los viajeros que solo hacen distancias largas cuando salen de vacaciones. Implícito con esa afirmación está el hecho de despreciar los efectos de la carga en un vehículo, como nos explicaba Jaume hace unos meses. Estabilidad, agilidad, distancia de frenado, capacidad de reacción del motor (que en este caso cuenta con unos curiosos 52 CV de potencia), capacidad de los discos de freno que tendría ese modelo para parar el coche…
Ni que decir tiene que esto influía negativamente en el consumo de combustible, en la aerodinámica del conjunto, en la comodidad de conductores y pasajeros. Esos mismos pasajeros que probablemente no utilizasen el cinturón de seguridad entre otras cosas porque el trasero o no existía o estaba de adorno prácticamente.

Póngalo a 140

Esa velocidad no es legal hoy en día, pero sí que lo era entonces. Hasta 1974 no se limitó la velocidad en España, y la razón fue la crisis del petróleo de entonces. No se pensaba en la seguridad vial a la hora de regular la velocidad. Teniendo en cuenta esto, el anuncio no incitaba al delito, pero objetivamente incitaba al riesgo. No quiero imaginarme cómo rechinarían los hierros del SEAT 850 Especial a la elevada (entonces) velocidad de 140 km/h, que además es superior a la velocidad máxima de ficha de ese modelo, que era 135 km/h.
Hoy en día es verdad que un coche moderno aguanta velocidades de crucero de 130km/h y 140 km/h sin problemas. La tecnología, la seguridad activa y pasiva, el estado actual de las vías… todo esto nos proporciona un margen de seguridad espectacular y que realmente nos salva la vida en situaciones de riesgo. Pero todo esto no significa que existan conductores que fusilan ese margen de seguridad (que cambia con las condiciones de la vía, del tiempo atmosférico y del estado del conductor, de manual) y conviertan un vehículo “seguro” en un vehículo siniestrado. Es lo que no ha cambiado en 40 años, el sentido común (o su falta).
Así que hasta el momento vemos dos grandes argumentos en contra de la seguridad vial: cargar el coche hasta los topes y llevarlo al límite de sus prestaciones. Demencial, ¿verdad? Ya nos vamos dando cuenta de lo que hemos, por suerte, evolucionado en 30 años. Ni que decir tiene que extrapolando esos datos a coches actuales, pocos diríamos que sea razonable rozar el límite de esa manera. Y los coches han mejorado considerablemente, por no decir que han vivido una revolución en materia de seguridad activa y pasiva. Y también los conductores, y las vías…

Hoy es mejor que ayer

En materia de seguridad vial y de concienciación en carretera, hemos evolucionado más de lo que pensamos. La concienciación contra las infracciones y contra la siniestralidad en carretera ha ganado muchos enteros y eso se nota en las cifras. Cierto es que donde hay un margen de seguridad hay una persona que quiere experimentar el límite, o bien que se lo pasa por “el arco del triunfo”, y entonces pasa lo que pasa y es inevitable. Para la mayoría de la población, el factor riesgo en la conducción depende más del propio conductor, de la vía en segunda instancia, y del coche en tercer lugar pero con dos vueltas de desventaja.
Podemos sentirnos bien con nosotros mismos conduciendo vehículos que pasan los tests más exigentes, que nos arropan entre airbags de todas clases, que tienen mejores neumáticos, mejor sistema de suspensiones y de frenado, motores más flexibles y potentes que nos sacan de más apuros de los que pensamos. En definitiva, si saltamos en el tiempo 30 años atrás, podemos estar seguros de que viviríamos situaciones límite con más frecuencia que hoy en día.
A veces es bueno echar la vista atrás y comprobar que, a pesar de todo, del límite de velocidad a 110 km/h, de la siniestralidad, de la percepción de que aquí se viene a sancionarnos, tenemos hoy en día vehículos que nos salvan la vida en situaciones que años atrás pintarían un cuadro bien diferente. Y sobre todo, tenemos conciencia suficiente como para disfrutar de anuncios respetuosos con la carretera, que no incitan a correr riesgos que ya sabemos, que no compensan.

lunes, 4 de abril de 2011

Promoción de una conducción eficiente desde la obtención del permiso.


Con el objetivo de ahorrar combustible, la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) ha propuesto a la Dirección General de Tráfico (DGT) que introduzca un sistema de conducción eficiente, que se aprenda desde el principio, algo que desde los centros de formación consideran positivo.
PR SEGURIDAD VIAL 29/03/11
La propuesta implica 'preparar a los profesores y a los examinadores para realizar una conducción eficiente', algo que ya está implantado en Europa y que ya antes de la crisis les parecía un buen sistema, en palabras del presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE), José Miguel Báez. El objetivo de esta iniciativa es complementar a la de la reducción de la velocidad a 110 km/h, una medida que considera 'pobre' y que se podría hacer 'más completa'.
Báez además asegura que el pasado día 17 recordaron al Gobierno que esto puede tener futuro y que en cuatro ó cinco años, cinco millones de conductores pueden llevar su vehículo de forma eficiente. La propuesta, entre otras, es fomentar una conducción 'relajada y tranquila', con lo que se contribuiría a reducir los accidentes. Para concienciar sobre esta cuestión, desde la CNAE han creado un millón de folletos que servirán como recordatorio de lo que hay que hacer o no hacer.
El vicepresidente primero y decano de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid, Ricardo Cano, ha destacado que tras cinco año de insistencia en el tema, lo retoman ahora. En relación a si el cambio en el examen de conducir supondría un gran trastorno tanto para los alumnos como para los educadores en esta materia, Cano señala que llevan ya tiempo 'haciendo cursos de reciclaje' y que tampoco supondría un cambio muy grande. Entre las recomendaciones a tener en cuenta para un ahorro energético en la conducción, hay algunas como tener las ventanillas cerradas o no cargar mucho la baca del coche.
Desde las autoescuelas consideran que pequeñas iniciativas aprendidas desde el principio por todos los conductores, permitirían ahorra un 20% de combustible a éstos, aunque deberían modificarse algunos aspectos del examen de conducción.